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Zein Zorrilla y la magia narrativa en "El taller del traspatio y otros cuentos"


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LA TRAMA COMO RESULTADO DE LA MODELACIÓN DE LA IDEA BÁSICA EN EL TALLER DEL TRASPATIO Y OTROS CUENTOS DE ZEIN ZORRILLA
Por JOEL LENNER CASTAÑEDA DUEÑAS  

RESUMEN

El objetivo general del presente trabajo es el de explicar cómo los elementos narrativos de forma modelan la idea básica en los relatos “El taller del traspatio y otros relatos” del escritor huancavelicano Zein Zorrilla, para posteriormente construir la trama; por ello, la pregunta que se planteó fue ¿De qué manera se modela la idea básica para la construcción de la trama en los relatos en “El taller del traspatio y otros cuentos” de Zein Zorrilla?
Para lograr alcanzar el objetivo se aplicó el método hermenéutico, primero describiendo y explicando las razones y peculiaridades de la evolución de la narrativa peruana andina, así como la estética andina de Zein Zorrilla y sus motivaciones temáticas (la migración, la reforma agraria, la pérdida de identidad, el emprendimiento provinciano, la añoranza por el regreso a la tierra), para finalmente analizar los relatos que integran “El taller del traspatio y otros cuentos”, en base a la idea básica, recurso usado por Zein Zorrilla y que en este caso se relaciona con la pérdida de identidad de sus protagonistas, quienes enfrentados a una nueva realidad intentan adaptarse no sólo a una nueva forma de vida, sino también a una nueva forma de ser.
La crisis de identidad es un tema bastante recurrente en la narrativa de Zein Zorrilla y esto es resultado del proceso de migración que experimentó Perú durante la segunda mitad del siglo XX y que Zorrilla recoge de manera magistral. En los tres relatos que conforman el libro, podemos observar cómo estos personajes, movidos por el contexto en el que viven, optan por negar su realidad y procuran su adaptación al nuevo contexto al que se enfrentan.
Finalmente, se logró demostrar cómo esta idea básica (la crisis de identidad) modela la trama de los relatos de “El taller del traspatio y otros cuentos”.
Número de palabras: 301

INTRODUCCIÓN

El objetivo principal de la presente monografía, centra su interés en uno de los temas recurrentes de uno de los escritores peruanos más importantes de la llamada “Nueva narrativa rural andina”, el escritor huancavelicano Zein Zorrilla: la crisis de identidad y sus descripciones sobre los conflictos y la adaptación de los provincianos peruanos, producto del proceso de migración de la segunda mitad del siglo XX, así como el tratamiento que esta recibe a lo largo de la construcción de la trama. Para su abordaje se pondrá énfasis en su colección de relatos “El taller del traspatio y otros cuentos”. En ese sentido, se busca responder al problema, ¿de qué manera, la idea básica, es modelado para la construcción y desarrollo de la trama en los relatos que componen “El taller del traspatio y otros cuentos” de Zein Zorrilla?
La importancia de la presente monografía busca entender la narrativa andina contemporánea, personificado en Zein Zorrilla, su estilo, sus temas, la forma que impregnan a las estructuras de sus relatos y novelas, para así comprender también la evolución de la misma. Esta evolución y transformación se procurará explicar a partir de la idea básica que guía las tramas de todos los relatos que componen la obra antes mencionada: la crisis de identidad.
Para lograr alcanzar el objetivo se aplicó el método hermenéutico, primero describiendo y explicando las razones y peculiaridades de la evolución de la narrativa peruana andina, así como la estética andina de Zein Zorrilla y sus motivaciones temáticas (la migración, la reforma agraria, la pérdida de identidad, el emprendimiento provinciano, la añoranza por el regreso a la tierra), para finalmente analizar el modo cómo, el autor, desarrolla la idea básica para construir la trama.
La crisis de identidad es un tema bastante recurrente en la narrativa de Zein Zorrilla y esto es resultado del proceso de migración que experimentó Perú durante la segunda mitad del siglo XX y que Zorrilla recoge de manera magistral. En los tres relatos que conforman el libro, podemos observar cómo estos personajes, movidos por el contexto en el que viven, optan por negar su realidad y procuran su adaptación al nuevo contexto al que se enfrentan.
Finalmente, se logró demostrar cómo esta idea básica (la crisis de identidad) es modelado por el tratamiento de la trama de los relatos de “El taller del traspatio y otros cuentos”.

CAPÍTULO I:

ZEIN ZORRILLA Y LA NUEVA NARRATIVA RURAL ANDINA

La nueva narrativa rural andina es una reacción fraterna contra el indigenismo ortodoxo propio de escritores como José María Arguedas, Ciro Alegría, Ricardo Güiraldes, Alcides Argüedas o Jorge Icaza. Emprendió su ascenso a inicios de la década del 50 y debe su actual prestigio a la inserción del lenguaje lírico que hiciera Rulfo en México, Asturias en Guatemala, Borges en Argentina, Roa Bastos en Paraguay, Uslar Pietri en Venezuela, Onetti en Uruguay, Scorza en Perú, entre otros; así como también, al desarrollo, en la trama y la temática, de la metamorfosis social y cultural acontecidas a lo largo de la segunda mitad del siglo XX. Óscar Colchado Lucio, Cronwell Jara y Zein Zorrilla son, actualmente, tres de las voces más importantes de esta nueva hornada literaria en el Perú (Carlos Eduardo Zavaleta y Eleodoro Vargas Vicuña lo fueron a mediados del siglo pasado), sus cuentos y novelas, poseen además de las características antes mencionadas, matices propios que caracterizan la cultura andina contemporánea, cultura que sin dejar de ser local, ha trascendido también las fronteras ideológicas que las parapetaban.
Huancavelica, forma parte, geográficamente, del conjunto de ciudades que bordean la denominada cordillera de los andes (desde Venezuela y Colombia por el norte y Argentina y Chile por el sur) y, al igual que en los pueblos que la orbitan, las diversas manifestaciones humanas que en ella se erigen, históricamente han sido también relegadas a un segundo plano. No obstante, la historia le debe a este como a muchos otros, no sólo el nacionalismo del que hoy se enfundan aquellos promotores y líderes culturales y políticos, sino también el largo proceso de construcción de la misma; desde la expansión de las culturas preincaicas hasta las manifestaciones reivindicativas de la cultura quechua en la actualidad, pasando por la injusta y prolongada explotación del periodo colonial, el protagonismo propio de las campañas independentistas y las causas sociales, nunca escuchadas, durante la república. Estas voces lograron consolidarse recién a partir del siglo XX y se dejaron oír, no sólo en casos que requieren la atención social o política, sino también en aquellos propios de la cultura y el conocimiento; tal, es la literatura, que no sólo fue el resultado de la inserción del lenguaje escrito dentro del canon que lo caracteriza, sino también de la irreverencia e inconformidad de quienes lo practicaron; y, ahora, muy a pesar de otros férreos partidarios del indigenismo ortodoxo, de la experimentación, abordaje e inserción del nuevo panorama social y cultural al que hacen frente; y, es que hoy “los temas de la novela andina contemporánea, no son más los temas de la novela indigenista. Andino no es más sinónimo de Indigenista.” (Zorrilla. 2005. p.18).
Así, en lo que respecta a la temática que aborda la literatura huancavelicana, “desde los albores siempre fue una crónica de las penas y alegrías, de trabajos y luchas de sus pobladores” (Chamorro. 1982. p.1) y la sigue siendo aún hoy, aunque con diferentes matices, ya que la sociedad, al igual que la misma literatura también ha evolucionado. Zein Zorrilla es un claro ejemplo de esta literatura, que no se cansa de ser provinciana y regionalista, pero que responde, como alguna vez Mariátegui lo exigiera, a una visión mucho más universal: “Peruanizar la literatura y el arte sin convertirlos en expresiones localistas, sino vinculando la temática nacional con la valoración internacional” (Guardia. 1986. p.20), manifiesta Guardia en el prólogo a “Peruanicemos el Perú” de José Carlos Mariátegui y parece que la literatura andina lo ha entendido así, de tal manera que, de la denuncia y la protesta por un mundo en conflicto entre hacendados y peones, entre explotadores y explotados, hoy, la temática andina aborda “la devastación de la gran sociedad feudal (…) la migración y la búsqueda de un nuevo orden para los espíritus y para la sociedad” (Zorrilla. 2005. p.18). Esta transformación de fondo de la literatura indigenista se evidencia no solo en su tratamiento, sino también en su peregrinaje hacia géneros diversos, en la inserción del lenguaje lírico en la construcción arácnida de sus tramas y argumentos, además de haber absorbido y haberse acomodado a la metamorfosis experimentada en el Perú durante la segunda mitad del siglo XX (muda temática).
Así pues, esta generación (junto a Zorrilla, Rafael Gutarra Luján, Percy Galindo, Harol Gastelú Palomino, entre otros), representa la edad florida de la literatura huancavelicana, cuya resonancia empieza a ser oída hoy, dentro y fuera de las fronteras nacionales. Salazar (2016) explica este fenómeno en los siguientes términos: “La narrativa rural andina huancavelicana –practicada y difundida en otras latitudes por las plumas de Vargas Vicuña y Zavaleta- buscó volver a los orígenes con un lirismo sensual y depurado, fiel a la oralidad, con una mayor apertura a los nuevos recursos técnicos, pero manteniendo los elementos que la particularizan y soslayan” (p.XX).
Es pues la literatura huancavelicana, al igual que otras manifestaciones de también otras zonas rurales del Perú, una literatura que viene, después de muchos años, despertando curiosidad en el mundo literario, no sólo por los temas que aborda, sino también por el modo cómo las aborda (lenguaje lírico, innovador e intemporal, inserción de recursos cinematográficos, muda temática, etc); consolidándose, de esta manera, como parte de un nuevo rostro que el Perú irradia al mundo.  

CAPÍTULO II:

LA ESTÉTICA ANDINA DE ZEIN ZORRILLA

Zein Zorrilla es, como ya se ha dicho, uno de los escritores más importantes de la llamada nueva narrativa rural andina, pero también creador, según Higgins (2014), de “uno de los personajes más memorables de la narrativa peruana” (p.381), Charly el “provinciano que no se adapta a la gran ciudad” (p.381), y que no es más que el reflejo del hombre andino que emigra a la gran ciudad abrigando sueños de grandeza y superación, pero que es asaltado por sus complejos de inferioridad que lo conducen al fracaso. Nació en Huancavelica, en Anco, en la entonces provincia de Churcampa (Hoy dentro de la jurisdicción de Tayacaja), en 1951; es autor de los textos de relatos “¡Oh Generación!” (1988), “Siete rosas de hierro” (2003), “El bosque Almonacid y otros cuentos” (2005) y “El taller del traspatio y otros cuentos” (2016) y de las novelas “Dos más por Charly” (1996), “Las mellizas de Huaguil” (1999) y “Carretera al purgatorio” (2003); además, ha incursionado en el ensayo con “Un miraflorino en Paris – Ribeyro y la tortuosa búsqueda del Craft” (1998), “La sombra del padre – Vargas Llosa y su demonio mayor” (2000), “La novela andina – Tres manifiestos” (2004), “Hija de Bergman y Kurosawa, nieta de Balzac: La novela en el siglo XXI” (2007) y “El mestizo de los andes y su destino” (2018); de entre otros premios, ha sido merecedor en 2003 del Premio Internacional de novela Mario Vargas Llosa con “Carretera al purgatorio”, que lo catapultó como una de las voces más prominentes de la nueva literatura andina; así mismo, engalana hoy muchas antologías literarias nacionales como las realizadas por César Toro Montalvo (Manual de literatura peruana), Ricardo González Vigil (Antología del cuento peruano 2000-2010) y James Higgins (Historia de la literatura peruana), entre otros.
Toro (2012) reconoce a Zorrilla como un escritor “neorrealista”, “seguidor de Hemingway” (p.2077), pero su neorrealismo es un tanto acre y crudo, cuyo interés radica en la cotidianeidad del contexto del hombre andino, su historia, sus aspiraciones y fracasos. De su primer libro Vidal, citado por Zuñiga (1995) dice: “construye un universo en el que sus personajes se encuentran como aprisionados por prematuros cansancios” (p.120), clara alusión al carácter pasivo e ignominioso del que dota el autor no sólo a Charly, sino a toda su familia. Es por ello quizá, el uso de la descripción, la topografía y la prosopografía para presentárselos al lector.
Otro gran aporte de Zorrilla a la novela andina o de la novela andina a Zein Zorrilla (es difícil ya saber quién es el deudor de tan magnos aportes), es la inserción de los recursos y argucias del que se vale el escritor para enriquecer la trama de sus historias. En su obra podemos hallar infinidad de metáforas, imágenes, símiles, metonimias, polisíndetones, etc; haciendo de su lenguaje uno propio, lírico y emotivo, profundo y agudo, descriptivo y experimental.
Pero no sólo el lenguaje lírico direcciona la construcción estética de su narrativa, lo está también los recursos propios del teatro y la cinematografía y que la novela ha ido adaptándolos a lo largo de su proceso evolutivo, desde su aparición allá por el siglo XVII e inicios del siglo XX respectivamente.
Son entonces estos recursos, y la muda temática, ya expuesto anteriormente, los que orientan la narrativa de este conjunto de escritores y, de entre ellos, de la de Zein Zorrilla y su colección de cuentos “El taller del traspatio”, en quien detendremos nuestro análisis. 

CAPÍTULO III:

LA MODELACIÓN DE LA IDEA BÁSICA Y LA CONSTRUCCIÓN DE LA TRAMA EN LOS RELATOS “EL TALLER DEL TRASPATIO Y OTROS CUENTOS” DE ZEIN ZORRILLA

“El taller del traspatio y otros cuentos” reúne tres relatos emotivamente narrados que, según Carrasco (2015), abordan la vida de “seres procedentes de los sectores más pobres de nuestra sociedad, seguros de sí mismos, cuya virtud principal es la bondad”, pero también las mezquinas vidas de aquellos otros mancillados por costumbres y modos occidentalizados, quienes reniegan y rehúyen de sus raíces e intentan construir uno más falso e hipócrita: alienación.
Para abordar la idea básica que determina la trama de las historias narradas en “El taller del traspatio y otros cuentos”, es necesario hacer antes la aclaración de términos claves: historia, trama e idea básica, estos no son lo mismo y requieren ser identificados adecuadamente; para ello, recurriremos a las definiciones que hace el propio Zorrilla en su obra “Hija de Bergman y Kurosawa, nieta de Balzac: La novela en el siglo XXI”:
“Historia: narración de eventos dispuestos en una secuencia temporal. Trama: la misma narración de eventos, pero con el énfasis puesto ahora en la relación causal. El rey murió y la reina murió, precisa Forster, es una historia. El rey murió, luego la reina murió de pena, es la misma historia, tramada.” (p.31)
Así, el argumento narrativo no sólo se reduce a una historia, sino a la trama en sí, ya que es a través de la trama que la historia puede construirse. Esa relación causal del que nos habla Zorrilla da los pretextos necesarios para que la historia pueda ser continuada y no se convierta en un viejo armatoste sin razón de uso; en cuanto a la idea básica, esta resume el motivo que lleva al escritor a construir la trama de una historia; para el mismo Zorrilla (2007), la idea básica es “la espina dorsal de la historia” (p.28); citando a Druxman afirma: “Es el eje dramático que vertebra toda historia lograda” (p.28). En ese sentido, en “El taller del traspatio y otros cuentos” podemos distinguir que la idea básica que gira alrededor de las tramas creadas rondan alrededor de personajes que en su búsqueda de prosperidad y superación experimentan una crisis de identidad que los conduce al fracaso y la desolación.
Esta crisis la podemos relacionar con los llamados complejo de inferioridad y complejo de superioridad planteada por Adler y que Cloninger (2003) explica de la siguiente manera:
“Cuando el proceso de crecimiento se estanca, una persona puede caer víctima de un complejo de inferioridad. En este caso, la situación de sentirse menos es demasiado poderosa como para ser superada” (p.112)
“Algunos neuróticos reprimen sus sentimientos de inferioridad y se creen a sí mismos mejores que los demás. Este resultado es denominado complejo de superioridad” (p.113)
Es pues, estos complejos, un estado de abandono de uno mismo; y, en los personajes de zorrilla este abandono va a determinar su temática, no sólo en los presentes relatos, sino también en otros escritos anteriormente: “El universo narrativo de Zein Zorrilla no es sino la frustración de las esperanzas de los provincianos, la encrucijada social, propia de la crisis económica, en la que se pierde la juventud” (Huiza. 2003. p.71). Los personajes de Zorrilla son pues individuos emprendedores, resultados de la metamorfosis social que experimentara el Perú durante la segunda década del siglo XX; y quienes, incrédulos unas veces, avispado en otras, procuran enfrentarse a una realidad que las termina absorbiendo. En este trance se desarrolla ese sentimiento de inferioridad, la confrontación con un mundo que no es parte de ellos les hace negar el suyo, creándose una imagen y una vida falsa que se materializa en la metástasis del llamado complejo de superioridad.
Ahora bien, ¿de qué manera es modelado esta idea básica para la construcción y desarrollo de la trama de los relatos de “El taller del traspatio” de Zein Zorrilla?, la respuesta es obvia, pero su explicación requiere de un análisis mucho más profundo: la idea básica de los relatos de “El taller del traspatio y otros cuentos” es desarrollada a lo largo de la trama haciendo uso de los diversos recursos narrativos propios de la literatura contemporánea; estos recursos ayudan a construirla, profundizándola, detallándola, haciéndola más emotiva y evocadora.
El enfoque omnisciente por ejemplo, aunque tradicional, permite al autor adentrarse insondablemente en cada uno de sus personajes, no sólo en los modos de vida que practican, sino también en sus pensamientos y deseos, emociones y sentimientos. Así, en “Penélope Cruz”, la historia de Cisco Ray (Francisco Raymundo) y sus sueños de progreso y popularidad que se mezclan con las pasiones inmaduras de Evelyn, quien, aún niña, se siente atraída por este rudimentario guitarrista y quiere formar parte de sus sueños, el enfoque proyectado por el narrador es decisivo para entender a ambos protagonistas. Evelyn, por ejemplo, es heredera de una familia venida a menos producto de la reforma agraria, y Cisco, crédulo soñador que procura, a base de ilusiones y nada de esfuerzo, alcanzar la gloria y el prestigio; no obstante, esta realidad se muestra confusa: “Se sabe bonita, pero a veces duda, y requiere que alguien la convenza, como ahora. Quisiera posar su mano, suavemente, sobre la mano de Cisco, pero se frena. ¿Cómo reaccionaría este chico de la capital?” (p.20). Es Evelin también portadora de sus propios sueños y se vale de sus facciones para alcanzarlos; para ello emprende el camino que cree correcto, camino que lo encuentra en la imagen de otro soñador, Cisco.
Es también recurrente el monólogo interior para detallar los sentimientos y emociones de sus personajes: “Sí. Por ahora sólo se trata de buscar un lugar dónde vivir. Luego se irá viendo. Ninguna cosa en la vida se hace de una vez” (p.43), es la decisión que Cisco toma después de romper con sus sueños y volver a la realidad. Esta decisión el narrador lo transmite, no relatando la historia, sino insertándose dentro del personaje y describiendo desde su interior ese espíritu decadente y anodino.
Puede observarse entonces en el relato, cómo el uso del narrador omnisciente ofrece al lector una visión vívida de la encrucijada en la que viven sus personajes, los conflictos a los que se enfrentan, las razones y sinrazones que guían sus acciones; desde allí, puede también detenerse en las características físicas y espirituales de sus personajes, detención que delata no sólo la procedencia de los mismos, sino también los sentimientos de inferioridad que los atenazan, el conflicto posterior que termina por destruirlos o, en otros casos, que los vigoriza o les invita al “regreso a casa”, a la ruta que en sueños va dibujándose, desluciéndose a veces, pero siempre tenaz y persistente.
En “Ay, compadre Salomón”, la crisis de identidad es aún más férrea, personificado en la ex esposa e hija de Galarza, un vendedor de productos domésticos que, a pesar de un conflicto de tierras en la sierra, decide viajar a la ciudad motivado por el cumpleaños de su hija; este cumpleaños no es más que el ideograma de la alienación y el desequilibrio, ya que tiene que ser testigo de la hipocresía y banalidad de su ex esposa e hija, quienes pretenden moverse en un ambiente aristocrático ajeno a su realidad: “La vocecita apenas se anima. Galarza es asaltado por otro recuerdo: su mujer ha impuesto a sus hijas la prohibición de expresarse con los “itos” e “itas” que delatan su procedencia provinciana” (p.52)
Es otra vez el narrador que nos describe el proceder de cada uno de sus personajes. Por él sabemos los problemas que atenazan a Galarza, las relaciones con su esposa e hija, el regreso a la sierra en busca del calor de hogar que no encuentra en la gran urbe; pero por él también sabemos los razonamientos que se entreteje en su interior: “¿es necesaria tanta etiqueta, tanto derroche de dinero? ¿En qué clase de gentes se van convirtiendo los suyos?” (p.56), valiéndose una vez más del monólogo interior, el narrador exterioriza el pensamiento de su protagonista. Las cualidades, propias del narrador omnisciente, es utilizado hábilmente por Zorrilla, ya que no solo se basta con describirnos el entorno físico de sus personajes, sino también gusta de adentrarse en él; y, esto es posible, gracias al uso de la introspección que hace con sus personajes: “El notario tenía razón. Están sus hijas. Por ellas se mata en las provincias. Por darles una profesión, por su futuro” (p.54); cuando el personaje busca el porqué de las cosas razona: “Qué gracia. Un cementerio de estatuas congeladas. ¿Tiene algún sentido intentar una aproximación a estos cadáveres? ¿No será mejor volver a su sala, hundirse en su sillón y aguardar la hora de entrar en escena?”
“El taller del traspatio”, por su parte, es la historia de dos familias, la primera, personificación del denuedo, el vigor, la humildad y el sacrificio y, la segunda, como representación de la farsa, la ambición y la desesperanza.
Aquí, el autor se vale también de la introspección para hacernos entender la crisis de identidad de la que son víctimas sus personajes: “¿Va a tirarla? ¿No es acaso un testimonio del éxito que la visitó la noche anterior?, ¿No llamará a la mala suerte si la echa a la basura?” (Zorrilla. 2016. p91). En este caso Marga, cansada de la labor de Serafín, su esposo, contiene sus deseos irrefrenables de destrucción, son los muñecos culpables de su situación, la imagen vívida del fracaso y, sin embargo, también, son ellos, quienes ofrecen la poca estabilidad a su hogar, además del amor que les profesa Serafín. Marga es descrita entonces desde la periferia de sus anhelos, ella es asaltada constantemente por sus sueños de grandeza, sueños que son paliados por Serafín, su esposo. Así, ambos personajes no suelen adaptarse a la sociedad que quiere engullirlos, sino que, a través de un lento aprendizaje, son ellos quienes, a contracorriente, construyen su propio mundo, su propio universo.
Por el contrario, Toro y Goya son descritos como seres endebles que, en contraposición a Marga y Serafín, sucumben ante las tentaciones que les ofrece su entorno. Para entender esto, el narrador detiene sus descripciones tanto en el aspecto físico como en el espiritual de sus personajes, de modo que, la intromisión hecha, devela al lector los conflictos y bretes que los aquejan; y son estos conflictos y bretes los que dejan entrever el complejo de superioridad que padecen Goya y Toro, la primera más que el segundo; y es que Toro, parece ser, simplemente, otra víctima más de aquellos que gustan de aferrarse al placer y el disfrute para sentirse completos.
Por otro lado, los juegos temporales permiten también al narrador detallar la crisis de identidad en la que se sumen sus personajes o en el proceso del mismo. En “Ay, compadre Salomón”, dos de los cinco apartados inician con un racconto, el primero para presentarnos al protagonista, Galarza; este se encuentra junto a su compadre, el notario del pueblo, Salomón, evaluando las posibilidades de echar a una anciana que habita las tierras que recientemente acaba de comprar; el narrador entonces realiza una restrospección hacia el pasado para explicarnos los orígenes de la trama: “La mala racha comenzó en las vísperas con la compra del alfalfar conocido en Rosario por su fronda de lucúmos” (p.47). Posteriormente y ya expuesto a los desafueros de su mujer e hija, desde la habitación de un hotel, recuerda paso a paso los sucesos acaecidos la noche anterior. El racconto así, se convierte en pieza clave para entender, no sólo la historia narrada, sino también las causas por las que los suyos reniegan de su propia esencia.
En “Penélope Cruz”, el racconto se usa para rememorar la época gloriosa de las familias de los personajes; esta rememoración nos permite conocer más sobre sus vidas, sus ilusiones y esperanzas, las razones por las que se encuentran luchando y soñando con un mañana mejor. Pero también nos invita a adentrarnos en parte de la historia peruana, las consecuencias que acarrearon la reforma agraria en muchas familias que fueron despojados de sus terrenos:
“Pero ni las palabras de la abuela, ni las vicisitudes de la jornada, logran destruir la felicidad que embarga a Cisco desde la noche anterior (…) La imagen de Evelyn lo alcanza en esa gasolinera y le murmura al oído sus penas y sus esperanzas. Es la desgraciada heredera de una hacienda que los peones descuartizaron en mil pedazos(…)” (p.26)

Comprender entonces la crisis de la identidad es también resultado de la ruptura con el tiempo actual de la historia. En “El taller del traspatio y otros cuentos”, Marga, esposa de Serafín recuerda las circunstancias en la que conoció a su esposo, un humilde constructor de muñequitos de madera: “Por un payasito de madera conoció a Serafín. Una mañana de mercado, la empleada doméstica del barrio clase media se aproximó al ruedo de niños que reía en torno al maromero(…)” (p.92) Son momentos de debilidad de Marga, en donde la prosperidad que experimentan Goya y Toro la hace preguntarse, aunque no lo acepta, las razones por las que se encuentra unido a un hombre que se mantiene en sus ideales de honestidad y humildad, pero con necesidades no satisfechas.

En la misma tónica, en “Penélope Cruz”, la prolepsis ayuda también al lector a conocer más a sus personajes, sus sueños, sus esperanzas, muchas veces fallidas: “Cuando Cisco evoca los conciertos que ofrecerá en el futuro, su imaginación la hace sobrevolar sobre las multitudes que celebran al músico internacional”, es ese mundo irreal del que se alimenta Evelyn, mundo que, producto de la necesidad que le urge por huir del suyo, la hace aferrase a un sueño de otro soñador, aún más utópico que ella.
 No es constante el uso de la prolepsis en el trio del que esta compuesto el texto, sin embargo, en este caso, ayuda al lector a vislumbrar el fracaso propio de aquellos aventureros andinos que osan enfrentarse a las calles capitalinas extraviados en el mar de sus conflictos.
En cuanto al uso de los diálogos usados en los relatos, Carrasco (2014) refiere: “Se aprecia el uso recurrente de diálogos y la aplicación acertada del estilo indirecto libre, esto último le confiere al libro mayor vuelo estético”.
 Si bien es cierto que a lo largo del texto el uso del discurso directo en sus diferentes variedades es notorio, lo que más destaca de la obra es la inserción no sólo del discurso indirecto libre como lo dice Carrasco, sino, “el vuelo estético” lo consigue a través de la confluencia de ambos discursos. ¿Cómo ayudan estas técnicas tan novedosas en Zorrilla en la construcción de la idea básica?
 La crisis de la identidad se manifiesta en Evelyn cuando, ya habiendo conquistado a Cisco olvida sus quehaceres de la casa y sale en su búsqueda: “Evelyn no los acompaña a la mesa desde la madrugada que le enrostraron pasarse las horas frente al espejo. No era cómo se formaba una mujer honesta. ¿Por qué no venía a trabajar el algodón?” (p.33)
 Cuando sus sueños se ven frustrados Evelyn manifiesta: “Pero ella no va a bajar la voz, esa noche ni las siguientes. No tiene por qué” (p.41), es un discurso indirecto libre que trata de reproducir los sentimientos del personaje, la decisión que ha tomado no es más que el resultado de la materialización de los sueños, tantas veces reprimidos, de la vuelta, una vez más a la concordia que su mundo familiar alguna vez poseyó y al que quiere retornar.

En “Ay compadre Salomón”, el discurso indirecto libre nos transmite la emoción del personaje al saberse víctima del pensamiento alienado de su ex esposa e hija. Le han reservado una pieza en el Hotel Miraflores: “Escucha las protestas del soñoliento amigo. ¿Durmiendo tan temprano? Ocioso, vago, comodón. ¿Qué cómo le va en Lima? Pues excelente. A Galarza nunca le va nada mal. No. Nada. Solo quería saludarlo y…” (p.67). Magistralmente, Zorrilla nos transmite los sentimientos de frustración  por los que es invadido su personaje y lo hace sólo en este intercambio o diálogo por el celular entre el protagonista y su compadre.

En “El taller del traspatio” el discurso indirecto libre, esta vez no muy recurrente, procura describir la crisis a la que se enfrentan Toro y Goya tras perder sus ómnibuses y su casa, fruto de su esfuerzo y negocios nada claros: “Son Goya y Toro. Lucen desarreglados, desencajados por el espanto que les baila en las miradas. Requieren dinero, con urgencia, antes del nuevo día” (p.111), más adelante y ya solo, pues Goya lo ha abandonado, Toro manifiesta: “Tiene que irse, tiene que desaparecer, tiene que hacer dinero y volver a enfrentar al Banco. Ese es su destino” (p.114)
, es la exteriorización y desenlace del proceder de Toro que se nos manifiesta a través de los diálogos. El mundo inexacto que construyó junto a una mujer también inexacta se destruye y lo arrastra inevitablemente.
Son estos los recursos de los que hace uso el autor para modelar la idea básica (la crisis de identidad como producto del complejo de inferioridad que la gente provinciana experimenta tras su proceso de migración a tierras ajenas) y así construir la trama de sus historias. Zorrilla aprovecha magistralment
e las posibilidades que le ofrece cada recurso para poner de manifiesto la temática andina contemporánea y que es, continuación de una larga tradición que se encuentra aún evolucionando, aún expandiéndose.

CONCLUSIÓN

 La Nueva Narrativa Rural Andina representa la evolución tanto temática y formal de la llamada novela indigenista. El lenguaje lírico, la muda temática y la inserción de recursos propios de la cinematografía son sus principales características. En ese sentido, Zorrilla, haciendo uso de diversos recursos, suele ambientar escenarios que develan el comportamiento del hombre andino posterior a la instauración de la Reforma Agraria, promovida a finales de la década de los 60 por Velasco Alvarado, tal es el caso de la migración, la pérdida de identidad, el emprendimiento provinciano, la añoranza por el regreso a la tierra, etc.; a los que el autor llama “ideas básicas” y a partir de la cual se erigen no solo las historias sino las tramas de cada uno de ellos. La idea básica entonces permanece a lo largo de la historia y se va manifestando según sea el abordaje de la trama. Esta manifestación, finalmente, se afianza debido a su tratamiento, en el que hacen eco su participación recursos propios de la cinematografía y que la literatura los ha adoptado con gran maestría.
Los relatos que conforman “El taller del traspatio y otros cuentos” presentan, así, como idea básica la crisis de identidad de aquellos provincianos que han emigrado a las grandes ciudades y se han enfrentado y procurado su adaptación; los recursos que se pueden observar en cada uno de los relatos tiene por objetivo el modelado de dicha temática y por consiguiente el de la idea básica. Este modelado se vale pertinente y eficazmente de recursos como la introspección, el monólogo interior, el enfoque narrativo, el uso del discurso indirecto y el truncamiento del tiempo a través del racconto. Estos recursos tienen por objetivo construir la personalidad de sus personajes (introspección y monólogo interior), reconstruir sus historias (racconto) y presentar sus conflictos, vivencias, pasiones y sentimientos (discurso indirecto libre); la confluencia de estos, finalmente, otorgan al narrador las herramientas necesarias para, desde un punto de vista omnisciente, construir la trama.
Número de palabras: 5080
   

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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